El perro es el animal doméstico por excelencia y más
preciado por el hombre a nivel mundial. Y no es de extrañar, ya que están
dotados de una inteligencia especial, que además de aprender, adaptarse y
resolver situaciones, les permite desarrollar relaciones con los seres humanos.
A lo largo de la historia, el perro se ha asociado con la
vida humana de diferentes formas; ejecutando diferentes tareas y actividades
como la caza, guías para policías y bomberos, perros pastores en las granjas y
zonas rurales, e incluso perros de trabajo, como es el caso del Pastor Alemán
Checo, por ejemplo. Esta última merece mención pues es una raza caracterizada
por poseer una constitución muy fuerte y de gran tamaño, adoptados por el mismo
estado Checoslovaco como perros de trabajo.
La relación entre un perro y su dueño puede llegar a ser tan
estrecha como las que se establecen entre los seres humanos. Se caracteriza
principalmente por el cuidado, que bien podrían pensar muchos es solo de parte
del humano, pero que podría en realidad ambos se cuidan entre sí. Los perros
bien entrenados pueden llegar a ser grandes cuidadores del hogar, además de
mostrar su receptividad y empatía en diferentes momentos.
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