Alimentación
Cuando un perro está comiendo no hay que tocarle. Puede
molestarse o enfadarse porque piense que le van a quitar su comida. En algunos
perros, su reacción es impredecible: pueden gruñir o ladrar e incluso en algún
caso, aunque no es lo habitual, morder a la persona que le ha molestado.
El agua es fundamental en la dieta de tu perro. Acuérdate de
que siempre tenga agua limpia y fresca a su disposición, y para ello deberás
cambiarla a menudo. No olvides que el recipiente del agua debe estar en un
lugar donde no lleguen los rayos del sol o la calefacción.
Cuidados
Si lo bañas en casa, utiliza un champú adecuado para el tipo
de pelo de tu perro y ten mucho cuidado de que no le entre agua en las orejas
porque los oídos de los perros son muy delicados y pueden inflamarse o
infectarse. También intenta que no le entre champú en los ojos, para evitar que
se le irriten.
Cada cierto tiempo lleva tu perro a la peluquería. Allí los
bañan con productos especiales que mantienen su pelo sano y brillante, y les
ponen desinfectantes para protegerlos de pulgas y garrapatas. Además, pueden
cortarles el pelo o deshacer los nudos que se les forman si es muy largo.
En la calle
El ejercicio es muy saludable para los animales, puedes
hacer correr a tu perro tirándole una pelota u otro juguete de manera que vaya
a buscarlo y te lo devuelva. Pero si notas que está muy cansado o tiene sed,
tienes que dejarle descansar y darle abundante agua
Una de las cosas importantes que tu perro tiene que aprender
es caminar siempre a tu lado. Así podrás vigilar que no se adelante y salga,
por ejemplo, a la carretera, o bien que se retrasase y tengas que andar
continuamente esperándole.
Los Juegos
Como todo ser vivo, tu perro necesita que le dediques un
tiempo diariamente para alimentarlo, cepillar su pelo y jugar con él. Son cosas
que él no puede hacer por sí mismo, depende de ti para todo y tú debes
corresponderle.
Aprende a descifrar su lenguaje corporal, en este caso te
está invitando a jugar con él. Si estás ocupado, por lo menos acarícialo y
háblale con paciencia, seguro que lo entenderá y esperará a que puedas
dedicarle un rato Nunca lo rechaces con malos modales, ni le riñas por eso, se
sentirá herido y se pondrá muy triste.
Enséñale a...
Sentarse es una de las primeras órdenes que debe aprender tu
perro. Y muy necesaria porque, tanto en casa como cuando estéis en la calle y
quieras hacer otra cosa o hablar con alguien, tendrá que esperar tranquilamente
sentado a que puedas continuar con el paseo.
Si quieres que dé la patita, enséñale a hacerlo. Verás qué
rápido lo aprende. Siéntate en un sitio tranquilo y utiliza toda tu paciencia.
Toma en una de tus manos su patita, dile: «la patita, la patita» y prémialo con
una caricia o con una galleta para perros. Si lo haces varias veces, cuando
vuelvas a decirle esas palabras, te dará la patita él solo, porque querrá el
premio.
Todo lo que quieras enseñarle conviene que lo hagas mientras
es un cachorro. Los perros jóvenes lo aprenden todo y muy pronto, igual que los
niños pequeños. Mientras que, a medida que se hacen mayores, ya tienen sus
costumbres y su rutina y les cuesta más aprender cosas nuevas.
Aprende a Conocerlo
Un ruido, un gesto, algo de su entorno lo ha asustado. Trata
de averiguar qué ha sido y tranquilízalo. Algunos perros son muy sensibles a
cualquier cosa extraña o nueva que ocurra a su alrededor, y ladrar o escapan
alarmados. Pero si él nota que tú lo proteges y lo calmas, tendrá confianza y
seguridad y ya no sentirá temor.
Cuando un perro gruñe te está avisando que está enfadado.
Evita molestarlo y, por el contrario, trata de ver qué es lo que le ha puesto
nervioso o ha causado el enfado. Déjalo un rato tranquilo y luego, con mucho
cuidado, vuelve a acercarte para comprobar si ya se le ha pasado.
Los juguetes deben ser siempre digeribles o indestructibles.
Los perros mordisquean como una forma de investigar su entorno. De pequeños
también lo hacen cuando les duelen las encías. Nunca le des para jugar objetos
o zapatos viejos porque luego no sabrá diferenciarlos de los nuevos. Cómprale
juguetes especiales o huesos para que comprenda que esos sí pueden ser
mordisqueados.
A los perros les encantan los mimos en la barriga. Pero no
les hace cosquillas, como a veces te pasa a ti. Acaricia a tu perro siempre con
suavidad, no des tirones ni pellizcos, traza círculos con las yemas de tus
dedos y ráscalo suavemente.
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